viernes, 26 de junio de 2009

EL DOMO DE PROYECCIÓN

El domo es la pantalla del sistema de proyección del planetario. Cuando digo –sistema- me refiero a un conjunto de elementos relacionados y acordes entre si para un propósito. Cada elemento se define en función de los demás y, al cambiar uno de ellos, deberá modificarse el resto para seguir cumpliendo el objetivo para el que el conjunto fue diseñado.
Hay muy pocos fabricantes de domos y tienen un estándar muy establecido. Lamentablemente el estándar más utilizado no es muy adecuado para planetarios digitales. Lo normal es que el domo se construya con una estructura de perfiles curvos sobre la que se fijan, con remaches, unas chapas de aluminio micro-perforado. La cara visible de estas chapas está recubierta con un material reflectante del tipo “ojo de gato”, que reflejan la luz preferentemente en la dirección desde la cual son iluminados. Todas estas características tienen (o tuvieron) su razón, pero también generan consecuencias negativas.

La superficie reflectante
El recubrimiento reflectante se utiliza desde hace muchos años, cuando la potencia lumínica de los proyectores opto-mecánicos era escasa y la fuente de luz era única en el centro de la semiesfera. Este tipo de pantallas se conocen también como de ganancia mayor que 1, de ganancia, reflectantes o direccionales, pero privilegian una determinada posición del espectador. Este efecto era conveniente en las condiciones de proyección de planetarios tradicionales. Actualmente, en los planetarios digitales, las fuentes de luz suelen estar distribuidas en el perímetro, generalmente los proyectores se ubican por debajo de la línea del ecuador del domo y, al usarse una pantalla de respuesta direccional, cada espectador verá más luminosa la zona cubierta por el proyector que tiene más cerca, haciendo imposible la uniformidad de la imagen.
Por otro lado, actualmente no tenemos restricciones en cuanto a la luminosidad de los proyectores, por lo que deja de ser útil esta característica y es recomendable reducir la ganancia de la pantalla para mejorar el nivel de negro, condición fundamental en la representación de cielos nocturnos.

La reflexión cruzada
Cuanto más cóncava es la pantalla, más inmersivo es el sistema. Pero en los sistemas de visualización cóncavos cada zona proyectada tiene en frente otra parte de la misma pantalla y recibe luz de la imagen de ese sector. Para explicarlo con un ejemplo astronómico: si tenemos un cielo nocturno muy oscuro y colocamos una enorme luna a un lado del domo, es imposible conservar el negro del otro lado porque la luna lo iluminará. Este efecto se puede atenuar (hasta hacerlo virtualmente invisible) usando una pantalla de baja ganancia 0,7-0,8 y escogiendo la potencia de proyección adecuada.

Los micro-orificios
Si cubrimos una sala llena de público con un techo completamente impermeable, estamos generando un problema, porque la gente suele tener la mala costumbre… de respirar.

Los micro-orificios de las chapas fueron ideados para permitir la circulación del aire, pero este arrastra polvo y pelusa de la sala y de la ropa del público por lo que con el paso del tiempo va ensuciando la pantalla. El domo termina funcionando como un enorme filtro del sistema de aire acondicionado. Con el agravante de que la suciedad no se deposita en forma pareja, sino que las zonas donde las perforaciones están obstruidas porque la chapa esta apoyada contra la estructura quedan más claras y otras donde el aire circula mas intensamente, acaban más sucias. Esta suciedad afecta muy pronto la calidad de la imagen, y la limpieza de un domo instalado es costosa y difícil.

 
El efecto “Moiré”
El moiré es causado por la interacción entre la matriz de píxeles del proyector de imágenes y el patrón mecánico de perforaciones de la pantalla. Ambos patrones se intersectan en forma no lineal generando molestas bandas de claroscuros visibles en imágenes brillantes.Para eliminarlo basta con quitar uno de los dos patrones. Con proyecciones analógicas no aparece, (opto-mecánico, diapositivas fotográficas, film de cine o proyectores de video de CRT).
En proyecciones digitales la mejor opción es usar una pantalla lisa, (sin orificios)

La luz perdida
Las perforaciones permiten que una porción de la luz del proyector atraviese la pantalla y se proyecte sobre las paredes por detrás del domo, lo que significa una pérdida de potencia lumínica. Además, esta luz reflejada en las paredes vuelve a la pantalla desde atrás mucho mas atenuada y difundida pero perjudicando el nivel de negro.

La transparencia acústica
A favor de las pantallas perforadas podemos decir que permiten ubicar los altavoces detrás del domo, de modo que el espectador recibe el sonido desde la misma dirección donde está viendo la imagen. Esto aumenta la sensación de realidad e inmersión del espectáculo. En el caso concreto de un planetario, la transparencia acústica es útil cuando se representan personajes o elementos capaces de producir sonido, para imágenes astronómicas no tiene sentido, (no podemos escuchar los sonidos de las estrellas).

Ejemplos, intentos y anécdotas
La mayoría de los planetarios después de un par de años de funcionamiento quedan con su domo bastante sucio, a pesar de los intentos de limpieza. En algún planetario, cansados de este problema, decidieron pintar la cara interior del domo de blanco, con lo que se libraron del molesto efecto ojo de gato y, al mismo tiempo, ocluyeron los orificios con la pintura.¡Genial!...Excepto por el problema del vapor de agua que la gente exhala al respirar. Cuanto más público, más vapor. Al ser exhalado a mayor temperatura que el ambiente, ese aire húmedo tiende a subir, y arriba se encuentra con una superficie de aluminio fría, se condensa y escurre dejando manchas bastante desagradables. (Peor el remedio que la enfermedad)
Otra forma sería instalando un domo no convencional de plástico reforzado con fibra de vidrio, no tiene orificios ni juntas visibles. A primera vista es “el domo perfecto”. El PRFV tiene como ventaja frente al aluminio, una conductividad térmica mucho menor pero hay que ubicar varias tomas de aspiración de aire justo debajo de la línea del ecuador.

En la foto, lo que se ve arriba de la cúpula es nieve.

Si consultáramos a un ingeniero civil, seguramente nos hablaría de la barrera de vapor, el punto de rocío y esas cosas que ellos conocen, y nos recomendaría que usemos placas de yeso (Durlok- Pladur) y pintarlo de color gris perla mate.

miércoles, 24 de junio de 2009

HISTORIA Y EVOLUCIÓN

La historia de los planetarios tradicionales se puede encontrar en la Wikipedia. El primero fue construido en Alemania por Carl Zeiss cerca de la década del ´20. Nacen como una herramienta didáctica para la divulgación de la astronomía. Un planetario es un aula.
El núcleo del sistema tradicional es un artificio electromecánico capaz de reproducir los movimientos de los astros sobre el que se fijan una gran cantidad de pequeños proyectores de imágenes astronómicas.


La pantalla es una semiesfera cóncava que sirve de techo interior de la sala. En el planetario tradicional, el dispositivo optomecánico se ubica en el centro de la sala y los espectadores en butacas alineadas en círculos concéntricos. Los asientos, en esta configuración tradicional, están muy recostados para mirar hacia arriba con mayor comodidad. Pronto estos edificios con cúpula adquieren su propio simbolismo y en muchas ciudades del mundo se construyen como emblema de cultura y modernidad.


Los edificios crecen en dimensiones y llegan a tener más de mil butacas y domos de más de 30 metros de diámetro. Con el tiempo se agregan proyectores de diapositivas fotográficas para ampliar las posibilidades de la sala.


La tendencia actual
En la actualidad se construyen planetarios en ciudades de tamaño medio, más pequeños, los diámetros de domo rara vez superan los 12 metros y ya no albergan cientos de espectadores sino decenas; (un aula). Incluso en las grandes ciudades ya no hay un único gran planetario sino (o además) varios pequeños.
El domo ya no es completamente horizontal, ahora se inclina unos grados, los asientos se orientan en el sentido de la inclinación en vez de círculos concéntricos.
El centro de atención del espectáculo se ha desplazado hacia delante, permitiendo al espectador una posición sentada más incorporada y el proyector optomecánico se está reemplazando por sistemas de proyección digital que no necesitan ubicarse en el centro de la sala.


Antecedentes del domo digital
Como muchas otras tecnologías los primeros domos de proyección digital fueron desarrollados para aplicaciones militares. Los pilotos de aviones caza deben estar atentos a amenazas o blancos en todo el espacio circundante, por lo que desde hace décadas son entrenados en simuladores de vuelo envueltos en un domo de proyección.
Las exigencias de calidad de la Fuerza Aérea Norteamericana o la OTAN son muy altas, por lo que pocos proveedores son capaces de cumplir los requisitos.


Las empresas mas conocidas que desarrollaron equipamiento para esas aplicaciones son Evans&Southerland en software y generadores de imagen y BARCO en proyectores especializados para simuladores.
Ambas han volcado su experiencia en domos de simulación militar al mercado de planetarios digitales. Luego surgieron compañías especializadas en planetarios, RSA-Cosmos, Ski Skan. Y más tarde se unieron a la nueva tendencia las más tradicionales como Zeiss y Goto.
El sistema de proyección digital en domos permite ampliar el espectro de posibilidades tanto didácticas como recreativas



Aunque los aficionados a la astronomía suelen rechazar su uso para otros temas.

Se puede ver información mas detallada sobre la historia y evolución en esta nota del Lic. Luis Martorelli.
http://www.cielosur.com/planetarios.php

domingo, 21 de junio de 2009

EL DOMO DE PROYECCIÓN

El domo es la pantalla del sistema de proyección del planetario. Cuando digo –sistema- me refiero a un conjunto de elementos relacionados y acordes entre si para un propósito. Cada elemento se define en función de los demás y, al cambiar uno de ellos, deberá modificarse el resto para seguir cumpliendo el objetivo para el que el conjunto fue diseñado.
Hay muy pocos fabricantes de domos y tienen un estándar muy establecido. Lamentablemente el estándar más utilizado no es muy adecuado para planetarios digitales. Lo normal es que el domo se construya con una estructura de perfiles curvos sobre la que se fijan, con remaches, unas chapas de aluminio micro-perforado. La cara visible de estas chapas está recubierta con un material reflectante del tipo “ojo de gato”, que reflejan la luz preferentemente en la dirección desde la cual son iluminados. Todas estas características tienen (o tuvieron) su razón, pero también generan consecuencias negativas.

La superficie reflectante
El recubrimiento reflectante se utiliza desde hace muchos años, cuando la potencia lumínica de los proyectores opto-mecánicos era escasa y la fuente de luz era única en el centro de la semiesfera. A este tipo de pantallas se conocen también como de ganancia mayor que 1, de ganancia, reflectantes o direccionales, pero privilegian una determinada posición del espectador. Este efecto era conveniente en las condiciones de proyección de planetarios tradicionales.
Actualmente, en los planetarios digitales, las fuentes de luz suelen estar distribuidas en el perímetro, generalmente los proyectores se ubican por debajo de la línea del ecuador del domo y, al usarse una pantalla de respuesta direccional, cada espectador verá más luminosa la zona cubierta por el proyector que tiene más cerca, haciendo imposible el match de la imagen.
Por otro lado, actualmente no tenemos restricciones en cuanto a la luminosidad de los proyectores por lo que deja de ser útil esta característica y es recomendable reducir la ganancia de la pantalla para mejorar el nivel de negro, condición fundamental en la representación de cielos nocturnos.

La reflexión cruzada
Cuanto mas cóncava es la pantalla, más inmersivo es el sistema. Pero en los sistemas de visualización cóncavos cada zona proyectada tiene en frente otra parte de la misma pantalla y recibe luz de la imagen de ese sector.
Para explicarlo con un ejemplo astronómico: si tenemos un cielo nocturno muy oscuro y colocamos una enorme luna a un lado del domo, es imposible conservar el negro del otro lado porque la luna lo iluminará. Este efecto se puede atenuar (hasta hacerlo virtualmente invisible) usando una pantalla de baja ganancia 0,6-0,8 y escogiendo la potencia de proyección adecuada.

Los micro-orificios

Si cubrimos una sala llena de público con un techo completamente impermeable, estamos generando un problema, porque la gente suele tener la mala costumbre… de respirar.





Los micro-orificios de las chapas fueron ideados para permitir la circulación del aire, pero este arrastra polvo y pelusa de la sala y de la ropa del público por lo que con el paso del tiempo va ensuciando la pantalla. El domo termina funcionando como un enorme filtro del sistema de aire acondicionado. Con el agravante de que la suciedad no se deposita en forma pareja, sino que las zonas donde las perforaciones están obstruidas porque la chapa esta apoyada contra la estructura quedan más claras y otras donde el aire circula mas intensamente, acaban más sucias. Esta suciedad afecta muy pronto la calidad de la imagen, y la limpieza de un domo instalado es cara y difícil.

El efecto “Moiré”
El moiré es causado por la interacción entre la matriz de píxeles del proyector de imágenes y el patrón mecánico de perforaciones de la pantalla. Ambos patrones se intersectan en forma no lineal generando molestas bandas de claroscuros visibles en imágenes brillantes.
Para eliminarlo basta con quitar uno de los dos patrones. Con proyecciones analógicas no aparece, (opto-mecánico, diapositivas fotográficas, film de cine o proyectores de video de CRT).
En proyecciones digitales la mejor opción es usar una pantalla lisa, (sin orificios)

La luz perdida
Las perforaciones permiten que una porción de la luz del proyector atraviese la pantalla y se proyecte sobre las paredes por detrás del domo, lo que significa una pérdida de potencia lumínica. Además, esta luz reflejada en las paredes vuelve a la pantalla desde atrás mucho mas atenuada y difundida pero perjudicando el nivel de negro.

La transparencia acústica
A favor de las pantallas perforadas voy a decir que permiten ubicar los altavoces detrás del domo, de modo que el espectador recibe el sonido desde la misma dirección donde está viendo la imagen. Esto aumenta la sensación de realidad e inmersión del espectáculo. En el caso concreto de un planetario, la transparencia acústica es útil cuando se representan personajes o elementos capaces de producir sonido, para imágenes astronómicas no tiene sentido, (no podemos escuchar los sonidos de las estrellas).

Ejemplos, intentos y anécdotas
La mayoría de los planetarios después de un par de años de funcionamiento quedan con su domo bastante sucio, a pesar de los intentos de limpieza. En cierto planetario del norte de España, cansados de este problema, decidieron pintar la cara interior del domo de blanco, con lo que se libraron del molesto efecto ojo de gato y, al mismo tiempo, ocluyeron los orificios con la pintura…

Genial!!

Excepto por el problema del vapor de agua que la gente exhala al respirar. Cuanto más público, más vapor. Al ser exhalado a mayor temperatura que el ambiente, ese aire húmedo tiende a subir, y arriba se encuentra con una superficie de aluminio fría, se condensa y escurre dejando manchas bastante desagradables. (Peor el remedio que la enfermedad)


Otro intento interesante se está llevando a cabo en el planetario del Centre d´Observació de l´Univers de Ager. Allí se ha instalado un domo no convencional, está realizado en plástico reforzado con fibra de vidrio, no tiene orificios ni juntas visibles. A primera vista es “el domo perfecto”. Veremos que pasa después del primer año completo de funcionamiento. Ager está en Los Pirineos y hace mucho frío en invierno. El PRFV tiene como ventaja frente al aluminio, una conductividad térmica mucho menor y han previsto varias tomas de aspiración de aire justo debajo de la línea del ecuador.



En la foto, lo que se ve arriba de la cúpula es nieve. El año que viene veremos el resultado.
Si consultáramos a un ingeniero civil, seguramente nos hablaría de la barrera de vapor, el punto de rocío y esas cosas que ellos conocen, y nos recomendaría que usemos placas de yeso (Durlok- Pladur) y pintarlo de color gris perla mate.